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jueves, septiembre 14, 2006

De muertes y olvidos...


Hoy abro los poros
y mis huesos respiran el aliento de los muertos
de la calle negra llena de lagartos negros
en la negra soledad del deambulante
que hace versos a la noche en su caja de cartón
cuando caen las estrellas y gatos maullán
y el día hace el amor a la noche
y la noche es negra como la tinta en un papel
que gotas de lluvia o lágrimas disuelven
cuando el sentimiento se vende en la farmacia
o como cuando la palabra es cárcel de recuerdos
cuando el decir se hace tan innecesario
y la necesidad cuelga sobre balcones extintos
y la ingravidez es la gravidez del alma
el arma sin balas que descarga muertes descalzas,
el espacio del vértigo que invierte la memoria
o la retórica de un poema en un callejón desierto
en donde palomas fornican en los aleros
mientras abajo, cerca del suelo, un hombre
baila con su sombra sonidos sordos
y caen las diosas y los dioses sin ángeles ni demonios
cuando un ángel tatuado se pierde entre adoquines
y las calles son tumbas de sus olvidos transpirados
cuando su lagarto se pierde entre constelaciones lejanas
y la calle es la tumba que entierra un adiós
cuando la puta soledad me posee entre su frías piernas
y me abrigo del olvido para no olvidar que estoy vivo.

1 comentario:

Ana María Fuster Lavin dijo...

Angel, es la condena del poeta, de sus mundos en pétalos de gaviotas sobre una cuneta, así como cualquier recuerdos nos susurra sobre el hombro la maldición de la rutina que asesinamos verso a verso, y quizás una cerveza tenga más sentido que los estándares sociales, todos los meses morimos, también renacemos letra a letra en los labios de un calendario, en la vida como en los sueños...
un abrazo al amigo y al poeta, dueño de esos callejones en que eres angel y demonio, pero nadie tiene la palabra sobre ti.
mis afectos y admiración,