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lunes, diciembre 10, 2018

Espacios de (des)encuentros


La noche hiede silencios
llego bañado de calle
supuro el olor del hueco
donde cabe todo el desvelo.

No llueve pero la humedad
saber el olor del mar en un cuello
encontrar la costa de embarcar
todo el salitre de un beso.

Nada es casualidad susurra la rosa
entre sombras un sudor en clave Morse
encontrar en eclipse pedazos de espejos
anónimo conjuro donde caben todos los sueños.

Decirle a la vida qué tal y salir corriendo
ser la estampida de un collar de camándulas
o la pluma al vuelo de una manada de pájaros
o sencillamente un polizonte al lado oscuro de la luna.

No sé a veces uso de muletilla para mis afonías
busco entre las cuerdas la locura de la nota
donde quepa toda la intensidad de mis muertes
y la resurrección desnuda al lado izquierdo del párpado.

Tal vez la palabra se disfrace de sí misma
corra tras el telón en donde jaguean todos los muertos
escape sobre la ola donde nadan infinitos suspiros
y la utopía sea el más real de los ensueños.

Entonces no hará falta el poeta con nombre ángel
caerán estrellas devoradas por su lagarto en sombras
versos sangrarán bajo su brazo al zarpar el barco de papel
en una muerte anticipada en el zodiaco del expirado Oráculo.