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domingo, diciembre 06, 2009

Me pronuncio y confieso

Me pronuncio en contra de lo que hacen de arte un acto futil y de mero ejercicio pragmático; de los que prostituyen su creatividad al hacer cosas para agradar a las masas y procurar alguno que otro elogio o aplauso; de los que pronuncian palabras o plasmas imágenes o sonidos para ser políticamente correctos para los académicos o cualquier otro que represente algún poder; de lo que claudican en sus creencias e ideales por alcanzar la fama o procurar ser “best sellers”; de los que procuran el protagonismo a toda cuenta sin hacer las cosas por un mero compromiso con la cultura y sus ideales; de los que usan el poder de sus palabras para seducir seres sensibles para saciar en ellos sus instintos carnales sin que vaya en ello algún vestigio de amor o de alma de modo claramente consentido entre las partes; de los que regionalizan y nacionalizan ortodoxamente el arte y la identidad afincándose un preceptos sublimes y cuestionables; de los que utilizan el poder de alcance del internet y sus contactos profesionales para llevar a cabo ataques personalistas; de los que hacen de las pequeñas distancias de esta Isla una excusa para no asistir a eventos en los cuales hay personas hambrientas de cultura; de la gente que para asistir a un evento hay que hacerles casi pleitesía e invitaciones VIP que vaya incluida de modo especial en los comunicados de prensa y que han asumido literalmente la idea del escritor (o artista) como un pequeño dios; de los que cortan los espacios para el arte en los medios de comunicación y de los que critican negativamente a la poca gente que dan la batalla en los pocos espacios que quedan; de los que difaman y hacen hasta lo indecible para lograr protagonismo personal en movimientos colectivos; de los que se arman de sus títulos para adelantar sus causas personales creativas dándole la espalda a sus pares y no utilizando eso para ayudar a otros con gran potencial y compromiso; de los que crean obras de gran intensidad, pasión, sentimiento, compromiso y sensibilidad y en sus vidas personales y cotidianas son el total antagonismo de sus creaciones artísticas; de los que viven colonizados de conciencia en un constante insularismo como si ellos fueran una nación con piernas en puro capitalismo ideológico y existencial; de los que se miran como paradigma para criticar creativa y personalmente a otros artistas; de los que usan su creatividad para herir a otros, para subyugar a otros, para mancillar a otros por el mero hecho de sentirse superiores; de los que hacen cosas que no van con sus personalidades por el mero hecho de robarse algún aplauso o algún comentario que lo adule para alimentar su ego; de los que tiene una memoria rota, reniegan de sus maestros y se quedan más en el chismes pequeños de la vida de los mismos que en la huella que sus técnicas y modos de jugar con los lenguajes han dejado en ellos; de los que han olvidado que el principio primordial del arte es la expresión en un juego entre el intelecto y el corazón y que nuestra creatividad tiene de modo intrínseco un compromiso social; de los que viven del alarde, la adulación, la autoproclamación cuando al final de la noche se acuestan con la misma soledad y vacío, huella necesaria que llevamos todos los que trabajamos el arte pero que no hiere o duele cuando se trabaja con compromiso y sin agendas escondidas.

Me pronuncio en contra de estas cosas y de otras más que se me escapan. Confieso sin lugar a dudas y discusiones, que en estos años he pecado de alguna de ellas, pero que en el tomar de consciencia de ellas he ido aprendiendo a no caer; a quienes se han sentido víctimas, mis disculpas. Me confieso aprendiz de la vida y aún con mucho por recorrer. Me confieso a veces ignorante y otras ingenuo. Me confieso errante y variante, pero constante en lo profundo. Me confieso artista, total el arte a fin de cuentas es una condena que libera y una libertad que condena.

2 comentarios:

José Manuel dijo...

Coincido plenamente con el poeta. (Excepto en lo de disculparse; si alguno se sintió ofendido por aludido será porque se le tocó una fibra que estaba ahí latiendo).

José Manuel

José Manuel dijo...

Coincido plenamente con el poeta. (Excepto en lo de disculparse; si alguno se sintió ofendido por aludido será porque se le tocó una fibra que estaba ahí latiendo).

José Manuel