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domingo, noviembre 19, 2006

Naufragando un día...



Nace el día
mientras el hombre sale de la sombra
y las miradas saben a olvido
y las esquinas de la carne
duelen bajo los huesos
en estos días sin horas ni nombres
en estos días encuevado
bajo el peso del silencio y los gérmenes
que germinaron en mis labios la lágrima
el frío rocío la carne que se desprende
cuando un adiós se siente sobre las hojas
y el viento me trae olor a vacío
como un río de camino a algún infierno
en donde se escribe la divina comedia
de un pequeño ser que quiso ser hombre,
que fue barco de papel sobre una nada
y que ahora es una escueta calavera
esperando su resurrección de entre los vivos
sin dioses ni ángeles ni vírgenes ni altares
sólo la calle sin números ni pieles
ni gritos ni llamadas sin tono
ni el sonido de sirenas serenas y nativas
tan sólo el nacer otro día
y aún en espera de mi turno ante el naufragio.


Pintura de Jorge Meijide (Argentina)

1 comentario:

Dharma Agustina dijo...

UFF ANgel! Este poema es intenso en experiencia de desolacion, uno de esos lugares que la vida nos sucede como si fueramos un pasillo, donde llegan lugares de asombro, de rabia, de tristeza...un abrazote solidario, una lagrima de esta lectora que siente estos versos como oxigeno ...me gusta, muy buen poema triste ! Amores, Dharma.