La noche hiede silencios
llego bañado de calle
supuro el olor del hueco
donde cabe todo el desvelo.
No llueve pero la humedad
saber el olor del mar en un cuello
encontrar la costa de embarcar
todo el salitre de un beso.
Nada es casualidad susurra la rosa
entre sombras un sudor en clave
Morse
encontrar en eclipse pedazos de
espejos
anónimo conjuro donde caben todos
los sueños.
Decirle a la vida qué tal y salir
corriendo
ser la estampida de un collar de
camándulas
o la pluma al vuelo de una manada
de pájaros
o sencillamente un polizonte al
lado oscuro de la luna.
No sé a veces uso de muletilla para
mis afonías
busco entre las cuerdas la locura
de la nota
donde quepa toda la intensidad de
mis muertes
y la resurrección desnuda al lado
izquierdo del párpado.
Tal vez la palabra se disfrace de
sí misma
corra tras el telón en donde
jaguean todos los muertos
escape sobre la ola donde nadan
infinitos suspiros
y la utopía sea el más real de los
ensueños.
Entonces no hará falta el poeta con
nombre ángel
caerán estrellas devoradas por su
lagarto en sombras
versos sangrarán bajo su brazo al
zarpar el barco de papel
en una muerte anticipada en el
zodiaco del expirado Oráculo.
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