A Enrique Laguerre
Encontré una tarja con tu nombre
llovían flores sobre el mármol
donde palabras traían tu recuerdo
cuando tu voz entrecortada por el ruido
musitó mi nombre con una sonrisa.
Te encontré donde tu verbo hizo nido
la historia y la fantasía jugaron entre
estribillos
al filo de un tiempo de tránsitos y
traumas
cuando la zafra era concierto de voces
roncas
el aullido de la locomotora se hacía sangre
y verso.
Encontré tu memoria extraviada entre
calendarios
un ruiseñor parecía cantarte algún bolero
la brisa desgreñaba los árboles que te
susurraban
alguna antigua leyenda sin pena ni esquema
cuando mi suspiro vistió tu recuerdo
extraviado.
Te encontré sin buscarte pero sabiédote
en algún lugar
la sorpresa tambaleó mi mirada llena de
silencios
un latido en el pecho hizo tambalear la
sombra
cuando un abrazo vistió extasiado
momento
y te extrañé, Laguerre, entre llamaradas
en llamas.