Noche mayagüezana:
Al caer los colores pasteles sobre el cielo
y la noche ir tomando su lugar sobre Mayagüez, la Universidad de Puerto Rico de
dicha ciudad iba recibiendo un público que venía de diferentes lugares de la
Isla; Era un jueves 16 de abril de 2015. Caminando entre diferentes rutas llenas de sabor universitario y
naturaleza, personas de diversas edades llegaron al atrio que daba acceso al
Anfiteatro Figueroa Chapel con la ansiedad de vivir una noche espectacular de
buena música. Entre sonrisas y conversaciones, la fila para entrar se hacía más
larga, pero llevadera. Al abrir las puertas, un suspiro colectivo se apoderó de
aquel espacio lleno de almas ansiosas de sentir. Ya, a pocos minutos, se
estaría llevando a cabo el concierto “La historia de la música cubana en 12
canciones” por la cantautora cubana Gema Corredera.
Con una tarima iluminada de luces rojas,
una mesa pequeña con un florero y una vela, un micrófono y una silla tipo de barra,
entre susurros se llenó a capacidad el Anfiteatro. Luego de ser anunciada la
tercera llamada, las luces se apagaron y de entre las cortinas, con guitarra en
mano, apareció Gema Corredera: Regia, llena de energía, exquisita y
sencillamente vestida y con una gran sonrisa que contagiaba. Entre emociones,
agradeció la invitación a organizar el concierto, al público por su presencia y
enfatizó, como lo ha hecho genuinamente en otras ocasiones, su amor a Puerto
Rico y el saber que este país es su otra casa. Luego de los vítores causados por sus
expresiones, Gema aclaró y aceptó que hizo “trampa” con el concepto del
concierto porque sería imposible recoger toda la historia de la música cubana
en 12 canciones; Dijo que haría un recorrido por las canciones más representativas
de la historia de los géneros musicales de su país. Con una gran sonrisa y con
humildad, invitó al público a disfrutar el viaje musical.
Entre los acordes de su guitarra que más
que proyectar notas musicales, parecía ser otra voz, interpretó canciones
mientras explicaba detalles de cada género musical al que pertenecían;
canciones como: “Chévere” (Vanito Brown), “De qué callada manera” (Nicolás
Guillén/Pablo Milanés), “Perla Marina” (Sindo Garay), “Chan Chan” (Francisco
Repilado), un merley con las canciones: “Tú mi delirio” (César Portillo de la
Luz), “Palabras” (Marta Valdés) y “Decídete mi amor” (José Antonio Méndez). Al
finaliza esta compilación, el público aplaudió con gran entusiasmo su calidad,
intensidad y pasión de interpretación. Con
sus brazos abiertos y una genuflexión ante la entrega del público luego de este
marley, con sus ojos brillantes,
agradeció los aplausos y aceptación. Pasó seguido, Gema llamó a tarima al
“culpable” de haberla llevado a Mayagüez: El músico, musicólogo y profesor José
Antonio López, director del proyecto integral de cultura Presencias. Éste habló
sobre el valor de Gema y cómo surgió la invitación para el mismo. Seguido, Gema
tomó la palabra e invitó a López para que subiera a su Trío Mayagüezano y
cantaran una canción con ella, pero el profesor le dijo que le darían una serenata
y ella, emocionada, se sentó en su silla y con sus ojos llenos de emoción,
disfrutó del regalo que le hizo ese trío puertorriqueño.
Luego de esta sorpresa, Gema continuó el
viaje musical con las canciones: “Veinte años” (María Teresa Viera), “Mario
Agüé” (Pedro Luis Ferrer) y “Rabo de nube” (Silvio Rodríguez). Al terminar esta
canción, Gema cambió su tono de voz a uno solemne y lleno de amor para
presentar al invitado que interpretaría junto con ella la próxima canción y lo
hizo con gran calidad humana, respeto, admiración y grandeza como se presenta a
un grande de la música; Así presentó a nuestro Glenn Monroig con quien, luego
de un caluroso y sentido abrazo, interpretaron “Longina” (Manuel Corona). Al
final de esta canción y luego de otro abrazo, Glen tomó la palabra para hablar
de la grandeza de Gema y la admiración que sentía por ella así como el valor de
su amistad. Seguido, Gema interpretó “La mujer de Antonio” (Miguel Matamoros),
“Lo feo” (Teresita Fernández), y “La lengua” (Descemer Bueno/Pavel Urkiza).
Luego de un gran aplauso, Gema se despidió.
Ante un público pedía al unísono otra, la cantautora regresó a escena regalando
al público dos canciones: Una de Pablo Milanés y otra que ella hiciera famosa a
dúo con Pavel Urkiza. Entre vítores, Gema se despidió. El anfiteatro se fue vaciando.
En los camerinos, una Gema Corredera vibrante de felicidad energía sonreía y
abrazaba; Un Glen Monroig se confundía en abrazos y “selfies” con su público.
Afuera, un público no paraba de hablar del gran concierto, de la calidad de la
cantautora con su voz e interpretación de instrumentos como flauta y trombón
con su boca, y la exquisita selección de canciones.
Así, bajo un cielo mayagüezano lleno de
estrellas, con una brisa fresca, quedó marcado en aquel anfiteatro y en el
público que estuvo presente, una velada, un concierto, unas emociones, que
nunca podrán ser borradas.
Noche arecibeña:
Cuando la tarde de un jueves 23 de abril de 2015 cae sobre la Villa del Capitán
Correa, el cielo va cambiando sus matices de colores. A lo lejos, la luz de su
Faro va tomando más presencia y notoriedad marcando rumbos. En la tarde del
pueblo de Arecibo, en su recinto de la Universidad de Puerto Rico, algunos
estudiantes van abandonando el estacionamiento del mismo para sus espacios ser tomados
por un público de variados lugares geográficos de Puerto Rico que va llegando a
presenciar el concierto de la cantautora cubana, Gema Corredera, titulado: “Es
mujer, es Caribe, es arte”. Así, bajo la brisa en donde mar y montaña se
confunden y funden, decenas de rostros alegres, entusiasmados y ansiosos hacían
fila entre anécdotas e historias. Allí, entre otros, se juntaron artistas de
diferentes lugares como las cantautoras Cheryl Rivera y Kinaí Medina, así como
la cuatrista Emma Colón Zayas.
Al abrir las puertas, una escenografía que
redimía a uno al algún cabaret o taberna muy bohemio enseguida le borraba a uno
la idea de estar en un recinto universitario. Un saxofón y una flauta, tres
bongos, una batería, un contrabajo y un piano de cola auguraban en su silencio
aún cierta musicalidad que entraba por los sentidos y provocaban cierta melodía
en el alma; Así también un caballete con
potes de pintura en el suelo y un embace con pinceles. En cierto momento, las
luces de teatro se tornaron bajas y entraron a escena los organizadores del
evento quienes hablaron de la importancia del mismo y cómo surgió; También un
homenaje a un profesor retirado. Seguido, una profesora y poeta de dicho
recinto fue invitada a leer unos poemas suyos quien además invitó a acompañarla
en la guitarra al compositor y músico puertorriqueño Glenn Monroig. Entre los
acordes de la guitarra y los versos y voz de esta mujer y poeta efervescente de
palabras, almas suspirantes estuvieron listas para una gran e intensa velada.
Al terminar la poeta, entraron a escena los
músicos: Yan Carlos Artime (coros y piano), Ramón Vázquez (contrabajo y
dirección), Raúl Maldonado (batería), Daniel Díaz (percusión y coros) y Ricardo
Pons (coros, saxofón y flauta); Así también el pintor arecibeño Noin Rivera
quien estuvo pintando en vivo diferentes obras durante todo el concierto al
ritmo de la música. Al son del bolero “Canción
breve”, entró con su potente voz, cadencia e histrionismo, Gema Corredera,
quien fue recibida con un profundo aplauso. Seguido e intercalando boleros con
son sones cubanos, Gema interpretó: “Derramando luz”, “Chévere”, “Ciego de
amor”, “Más allá”/”Lo feo”, “Chan chán”, y “Ridícula emoción”. Al terminar esta
última, Gema dijo una sentida, certera y concisa disertación sobre el amor y
los boleros en la cual expuso que “Hay boleros que llegan para salvarnos aún de
nosotros mismos"; Y así pasó a interpretar
“Un bolero que te salve” el cual robó un profundo aplauso que se mezclaba con
los sonidos de suspiros. Al final de esta canción y de agradecer al público con
una mirada llena de brillo y sus manos en su pecho, presentó con gran
emotividad al cantautor Glenn Monroig con quien interpretó a capela “Longina”.
Luego de un abrazo al terminar la misma, Gema pidió a Glenn que cantara una
canción de él y juntos, acompañados de la banda, cantaron “Ni tú ni yo”.
Seguido, Glenn salió de la tarima y la cantautora terminó su entrega con
canciones como: “Parar de fumar” y “La lengua”. Con una gran despedida, Gema
salió de tarima, pero ante el coro de voces que pedía otra, regresó e cantó
“Sangre revuelta” que puso al público de pie aplaudir y cantar junto con ella.
Al apagarse la luz y con un teatro aún
vibrante de energías en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Arecibo, se
quedaba una vibra y energía imposible de definir y describir con palabras. El
público abandonaba dicho lugar lleno de emociones, sonrisas y un sentido de
hermandad muy especial. En tarima, músicos desmotaban sus equipos entre
comentarios de lo que sintieron y de profunda satisfacción. Con el teatro casi
vacío y cambiada de vestimenta, una Gema Corredera apareció para agradecer a
sus músicos el excelente trabajo realizado. Ella se confundió en abrazos lleno
de energía con la gente allí presente que la esperaba con quienes se tomó fotos
recordándoles que la “taggearan”. Así también recibió algunos regalos que como
un poema de este servidor escrito y montado con una foto de Gema y enmarcado la
cuál le gustó mucho y provocó un gran abrazo.
Así un escenario se fue vaciado de personas, instrumentos y cables. Los allí presente se encaminaban a cenar y celebrar el concierto. Un silencio aún con las melodías de la música y voz de Gema Corredera se quedaba como tatuado en el cemento y las cortinas de aquel lugar. En Arecibo se escribió una historia de la música caribeña que seguirá vibrando y sonando por siempre en ese lugar y en los corazones de todos y todas quienes allí dejaron de ser ellos para ser otros más nuevos de ahí en adelante.
(Publicado en la página de Sonando en Puerto Rico: http://sonandoenpuertorico.com/grande-gema-corredera-en-su-regreso-a-la-isla/)