Header

Header

miércoles, enero 16, 2008

Una canción de Sabina a 30,000 pies de altura

Una canción de Sabina a 30,000 pies de altura
es un minúsculo hueco de una nube
como el zumbido de un motor hidráulico
cerca de donde cielo y espacio se confunden
en donde jugamos confundidos a ser pájaros
y abajo el mundo es una canica al ojo de la lupa.

Una canción de Sabina a 30,000 pies de altura
es tal vez el eco de un dios casi humano
acabado de salir de un punto capiando un viaje
en donde peces saltan entre estrellas y duendes
en una nota suave halando a un Dalí por los bigotes
en el encuentro con una metáfora wireless.

Una canción de Sabina a 30,000 pies de altura
es un pasajero más ligando una azafata gringa
mientras se enciende la luz de abrocharse el cinturón
y se vuelve turbulento el ritmo de las manos y las palabras
mientras el horizonte se vuelve rojo como soñarte, nena,
haciendo el amor entre las nubes envidiados por Dios.

Una canción de Sabina a 30,000 pies de altura
es una protesta enamorada en una ronca voz
y en mis oídos una revolución de imágenes con cuerpos
mientras abajo las islas son siluetas y el mar una hembra húmeda
cuando una voz anuncia que estamos a punto de aterrizar
y una imagen de una canción de Sabina se me enredó en el deseo.