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domingo, marzo 26, 2006

Mi cama duele...


Mi cama duele
me acuesto con tu sombra que no dice nada
y un abismo de desiertos se tiende entre nosotros
porque no estás y hace mucho dijiste adiós
pero no te acuerdas, no lo aceptas,
y una enorme brecha me recuerda que aquí estamos
donde sólo queda un leve recuerdo, un roce,
y cada noche a tu lado es un grito frío
un llanto solitario como el de un niño en su cuna
y cuando nadie nos ve y todo es estéril
y mis manos inquietas no te encuentran
y mis dedos sangrantes no te mojan,
y mi hombre de cristal se rompe,
en esta cama que no tienen nombre
que alberga un cuerpo desnudo de sueños
y una virginalidad cada vez más nueva
cuando ardo por dentro y en ti sólo hay cenizas,
cuando del último polvo sólo quedan olvidos
y miro mis cueros frente al espejo y no me conozco;
mi cama duele
y un cuerpo muere perdido en sus llamas
cuando entre silencios llama aquella figura lejana
y me pueblo de versos cuando la sudo solo y callado.


sábado, marzo 11, 2006



Quité la camisa,
bajó el zipper lento,
quedó la carne desnuda,
entró el viento,
me rozaron unos brazos,
eran los míos desnudos,
surgió un escalofrío,
una corriente me recorrió,
me vi en blanco y negro,
me sentí mar sin color,
y fui ola en una corriente,
mis manos fueron costa
y un barco de papel nació
y navegó palabras verdes
en el horizonte de mis dedos
desterrados.

jueves, marzo 09, 2006

Ciego de palabras...


Estuve ciego de palabras
se quedaron sin ojos mis brazos,
se cuadricularon mis dedos de carne
y mis huesos se evaporaron adentro
donde el silencio se quedó mudo
un papel sin pupilas guiñó su ojo izquierdo
por donde escapaba una tribu de recuerdos
y se proyectaban en una pared negra,
y era mi mano,
el papel sangraba negro
la sangre era tinta y palabra seca
que caía en un hueco profundo
entre dos piedras macizamente huecas,
y eran mis labios,
me pesaron los segundos delgados,
se caía mi aliento y las horas
y me quedé colgando de las pestañas
cuando pesaba el bolígrafo como un adiós
y se quedaba el hombre con el rostro de letras
y se quedaba la vida desnuda de letras,
y se ahogaba la carne saciada de letras,
y los recuerdos estaban rellenos de letras
al caer el manto poli color de la tarde
y la noche y la mañana al abrazarse en silencio
cuando me caí sobre un papel vacío
y estuve ciego de palabras.